diumenge, 27 de març del 2016

Las etiquetas




Ha sido nuestro ámbito de vida, las hay en todas los objetos que necesitamos para la vida, con unos números, unas letras ,nos dan una idea del valor o significado de ellas. Pero naturalmente cada uno las interpreta de forma diferente.

Un número se interpreta mucho mejor,  pues aunque también es engañoso, te expresa una realidad que tu puedes asumir o no.

Mucho más engañosas son las que colocamos y diferenciamos a los objetos, por su uso,  o cualidades
Pero las más importantes son las que nos llevan a valorar y definir las ideas, las cualidades de aquello que no vemos, pero sentimos en nuestro yo más profundo.

Las que nos quedan de nuestra tierna infancia, son las que nos acercan a nuestros principios: infierno, demonio, pecado y en lado opuesto: ángel de la guardia, gracia y la etiqueta má importante la de Dios.

Con el tiempo esas etiquetas han ido evolucionando en nuestro fuero interno y tomar otro significado, aunque la mayoría de las personar siguen aferradas  a conceptos que no han evolucionado, porque ellos tampoco lo han hecho.

Mi Ángel de la Guarda se ha convertido en aquello que me dirige interiormente y que evita que cometa lo que no deba, a veces lo llamaos suerte.

Al demonio lo veo más claro y al que más me cuesta combatir, es nuestro ego que no deja de incordiar con su pasado y futuro y que nos nos deja centrarnos en el ahora.


Y el Dios que se ha ido convirtiendo en el Ser, la Fuente, no se le puede etiquetar al no tener forma, como tampoco se puede definir la Libertad  a lo que yo intento asemejar y por lo que tenemos que darlo todo.